viernes, 1 de mayo de 2009

Empezamos, hasta terminar...


Ayer cumplí años, unos cuantos y he pasado uno de los mejores días de mi vida.

Está claro que todo terminó en una barra y algún que otro combinado, con un amigo y hablando de lo que se supone debemos dejar hecho en este planeta que se consume en pandemias y mal gusto, en crisis y ruido.

Me aprovecho de la dispensa que supone ser tu día y como un niño hago que los que me quieren accedan a mis caprichos de niño grande, como ha terminado la temporada de rugby ayer hicimos un partidito de fútbol: entre bromas y asados me dejaron chutar un penalty.

Hacia más de treinta años que no chutaba un balón redondo y el único contacto esporádico con él fueron los costantes fusilamientos en el patio frío y gris del colegio del Pilar...

Al ser mi cumpleaños me dejaron tirar un "penal"; ¡que responsabilidad!, vini vidi vinci, con dos cojones con la punta de la bota y fuerza se la colé al portero y un rugir sonó en mi espalda.

Disfruté del momento y me di cuenta que soy joven, demasiado y que yo me lo paso de puta madre.

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